Amy Winehouse, objeto de deseo de los fans y objetivo de los paparazzis.
Es la niña mala de la música. Y lo sabe. Y además, no le importa. "Soy muy caprichosa y boba", admite Amy Winehouse, la gran revelación del momento, dueña de una voz única y portentosa y habitual de la prensa amarilla. "Si escribís lo que escribís de mí, será con razón. No he leído nunca nada injusto".
Con confesiones como ésta, los periódicos más sensacionalistas se frotan las manos. Saben que Amy es fuente inagotable de polémicas: drogas, peleas, alcohol... "Soy carnaza fácil, y francamente, me da igual. Hago muchas tonterías pero es que sólo quiero pasármelo bien".
Ahora queda saber si su estrella aguantará el ritmo.
No pisa el escenario si lleva un mal peinado.
El resto le da igual, pero el pelo, siempre impecable.
"Soy incapaz de hacer un solo tema si mi pelo no está lo suficientemente decente". Y es que la cabellera de Amy se ha convertido en todo un icono.
Por el tamaño del moño, sabrás su estado anímico.
Lo ha confesado en repetidas ocasiones: "Cuanto más cardado llevo el pelo, más insegura estoy". Ahora ha cambiado su color negro por el rubio platino. Se admiten apuestas.
Es darse una ducha y ya está lista para salir.
"A mí no me saques de mis vaqueros y mis camisetas. Vivo con ellos", asegura la cantante. Mr Backwell no parece estar muy de acuerdo, y ha metido a Amy entre las peor vestidas de 2007. La culpa: las 'bailarinas' rosas.
La raya del ojo es algo imprescindible en Amy...
"Es todo imagen, por favor", dice riendo. "No me obsesiona salir sin maquillaje. Bueno, darse un retoque de vez en cuando no está mal", aclara.
... Pero nada de ir pintada como un payaso.
"Solía salir a la calle de cualquier manera y me daba igual. Así que no comprendo por qué debería volverme loca ahora con este tema. No me gusta ir 'pintada de guerra'".
Y siempre lista por si llora durante el 'show'.
Ha sido motivo de polémicas por sus excesos sobre el escenario. "Soy muy apasionada", acierta a decir Amy. "Lloro porque toco temas que son mi vida y mi pasado. Son baladas, son tristes... ¿Si no me emociono yo, quién lo hará?
Arrasa en ventas y planea llevarse los Grammy.
Ha sido el disco más vendido esta Navidad en el Reino Unido. Un millón y medio despachados en Inglaterra. En el resto del mundo, la cifra es similar. El R&B de 'Back to Black' ha cautivado. "Y tengo para dos CD más", avisa Winehouse.
Ella quiere ir a la gala, hacer un dueto y llevarse el pleno. Su deteriorada salud puede impedir que Amy se corone 'in situ' reina de los Grammy el 10 de febrero. "Que me premien por cantar mi dolor es algo que me honra", confiesa.
Aunque no lo parezca, Amy fue una buena chica en la escuela.
"Nací en Southgate y he vivido en la misma calle que mi abuela". Amy da una pista de cómo se ve: familiar. Prosigue su recopilación de detalles de la infancia: "Era una buena chica, me gustaba la escuela y aprender. No era muy revoltosa", confiesa. Sus profes discrepan. A los 13 años, la echaron del colegio.
Un directo que es una delicia.
Aplaudida por los Rolling Stones y U2, el segundo disco de Winehouse, 'Back to Black', gana en directo. Universal te trae su presentación en Londres. ("Mi primer y único amor", dice Amy). "Es un disco honesto. Me enamoré, me partieron el corazón, y escribí de ello. Había que sacar algo bueno de tanto dolor".
"¿Que cómo soy? Soy romántica, leal y muy apasionada".
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